El Frente de Izquierda - Unidad propone un programa para
que la crisis la paguen quienes la generaron, que son
los grandes empresarios, los bancos y los terratenientes. La pandemia
hizo más urgentes que nunca nuestras propuestas, necesitamos
invertir las prioridades para que la economía se reoriente
hacia las necesidades más urgentes de los trabajadores y trabajadoras,
las mujeres, la juventud y las y los jubilados.
Demos vuelta las prioridades, primero están las necesidades de las
mayorías.
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Para invertir las prioridades, proponemos romper con el FMI y decirle
no al pago de la deuda. Que esa plata se use para pagar salarios,
generar trabajo y garantizar el acceso a la salud, educación y
vivienda. Proponemos nacionalizar la banca y el comercio exterior para
evitar la fuga de capitales, cuidar a los pequeños ahorristas y
brindar créditos baratos. Por un plan económico basado en las
necesidades de la mayoría trabajadora, debatido y gestionado por los
trabajadores y las trabajadoras.
La pandemia dejó al descubierto la precariedad de nuestro sistema
sanitario, donde un grupo de empresarios hacen negocios con las
prepagas, mientras los hospitales públicos apenas se sostienen con el
aporte de miles de médicas/os y enfermeras/os que ponen el cuerpo a
pesar de los bajos salarios. La pandemia puso a la orden del día la
necesidad de reunir la totalidad de los recursos del sistema público,
privado, de obras sociales y de la Universidad, bajo control de los
trabajadores y profesionales. Implementación de comités de emergencia
(o crisis) central y locales, con participación de los y las
trabajadores/as. Ningún privilegio en el orden de vacunación.
Implementación de testeos y pruebas en todo el país.
La luz, el gas, el agua, el transporte y las comunicaciones son
servicios esenciales que deberían estar garantizados para todos. Desde
las privatizaciones menemistas estas empresas vienen ganando millones
con lo que debería ser un derecho. Menem les regaló estas empresas a
los grandes grupos económicos, bajo el kirchnerismo estas empresas
siguieron ganando por la vía de los subsidios estatales y con los
tarifazos macristas, las privatizadas se llevaron ganancias
extraordinarias sin ningún tipo de inversión. Proponemos anular las
privatizaciones y poner estas empresas bajo control, administración y
gestión de los trabajadores, junto con técnicos y especialistas de la
universidades públicas, un plan que incluya un control de los usuarios
populares. Solo así se podrá desarrollar un plan nacional energético
que lleve gas natural y luz a todos los hogares.
Ante la escalada de la inflación, proponemos que los salarios y las
jubilaciones sean indexados una vez por mes. El ingreso mensual debe
cubrir las necesidades básicas de alimentación, vivienda, transporte y
salud.
Rechazamos el fracking y la megaminería. Fuera Barrick Gold y
anulación del acuerdo YPF-Chevron. Proponemos la expropiación de esas
firmas sin indemnización y que reparen los daños causados,
garantizando el empleo con igual salario a sus trabajadores y
trabajadoras. En función de una producción y distribución de energía
según las necesidades populares fundamentales, la renta petrolera y
minera debe financiar la transición hacia una matriz energética
sustentable y diversificada, desarrollando las energías renovables y/o
de bajo impacto ambiental en consulta con las comunidades locales.
Prohibición de las fumigaciones aéreas y el uso indiscriminado de
agrotóxicos.
Proponemos que los propios electores y electoras puedan revocar los
mandatos de estos funcionarios y funcionarias. Ellos no sólo gobiernan
para los poderosos, sino que cobran más de 150 mil pesos por mes.
Viven alejados de la realidad de las grandes mayorías. Rechazamos los
dietazos de los legisladores y jueces. Los diputados y diputadas del
PTS en el Frente de Izquierda Unidad cobran como un docente, y el
resto de su dieta es donada a fondos de lucha y causas populares.
Frente a la crisis y los cierres de empresas o fábricas, proponemos su
expropiación y estatización para que sea puesta a producir, bajo el
control de sus trabajadores y trabajadoras. Basta de trabajo precario
y en negro, todos y todas a planta permanente. Rechazamos las nuevas
formas de explotación laboral a través de plataformas virtuales, que
eliminan los más elementales derechos laborales.
Hoy la jubilación mínima está por debajo de la línea de indigencia.
Queremos el 82% móvil para los jubilados y jubiladas, junto con el
aumento inmediato del haber mínimo para que cubra sus necesidades.
El IVA debe dejar de aplicarse sobre la canasta familiar. Abolición
del impuesto al salario. Para resolver las necesidades más urgentes
del pueblo trabajador, proponemos impuestos para las grandes fortunas
e impuestos extraordinarios a los bancos, los terratenientes y los
grandes empresarios. Comités de control de precios y abastecimiento
popular.
Aumenta la desocupación y los grandes empresarios se aprovechan del
miedo a los despidos para empeorar las condiciones de trabajo. No
puede ser que mientras algunos tienen que trabajar 10 o más horas,
otros no tengan empleo. Proponemos repartir las horas de trabajo entre
todas las manos disponibles, entre ocupados y desocupados, sin afectar
el salario. Así, no solamente se solucionaría el problema del
desempleo sino que, junto con un plan económico integral al servicio
del pueblo trabajador, se reactivaría la economía. Abajo la reforma
laboral flexibilizadora.